Por evitar ir a misa un niño de siete años terminó desencadenando una loca persecución policial.

Como si fuera un capítulo faltante en el libro "La Profecía", un niño hizo todo lo que estuvo a su alcance para evitar entrar a la iglesia. En su desesperación se robó el auto de su padre.

La policía de Salt Lake City empezó a recibir reportes de que un niño de 7 años de edad estaba conduciendo erráticamente al mando de un Dodge. Su intento de fuga -mientras era perseguido por un patrullero- terminó de repente cuando detuvo el auto, se bajó y corrió al interior de una vivienda.

Un vocero de la policía relató que su padre le preguntó qué había hecho y el niño explicó que no quería ir a la iglesia. Obviamente el desbocado joven no tiene edad para ser procesado. Su padre recibió una advertencia y fue urgido a dejar las llaves de su auto en algún lugar menos accesible.

Toda la persecución policial está filmada y la verdad es que ¡el mocoso maneja muy bien!

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